domingo, 17 de abril de 2011

otra carta en Búsqueda




el mismo jueves que se publico la carta de Julia y Tomás publiqué una mía en respuesta a otra carta de días antes y un artículo del editor de cultura de ese semanario.
Sea la carta de mis hijos, que la mía, son las primeras opiniones públicas que hacemos desde que se iniciara este penoso proceso donde por vía judicial se prohibe una serie de fotografías que siempre contó con el acuerdo de quienes aperecen en las mismas.
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Sr. Director de Búsqueda

En el número del 30 de marzo próximo pasado, el Sr. Pablo Cohen -editor cultural de vuestro semanario- se despacha a gusto sobre los ámbitos más diversos de la cultura.

Como al pasar, se escandaliza de que el Salón Nacional de Artes Visuales me concediera el Gran Premio, durante el accidentado recorrido de esta edición.

Usar ese premio para atacar al Director de Cultura del MEC, Sr. Hugo Achugar, parece una falta básica de información, visto que ese premio me fue otorgado en un largo proceso en el que participaron ocho jurados, 6 nacionales y dos internacionales. Tal vez los mismos deberían haber consultado con el Sr. Cohen si él estaba de acuerdo con otorgar ese premio a J.A. Urruzola, pero por ahora ese es el más democrático de los sistemas de selección y el que brinda mayores certezas a todos.

Por otra parte, debería releer las críticas sobre el salón (ya que es editor de esa materia), por ejemplo la de la propia Búsqueda. En su edición Nº 1591, su crítico de artes plásticas, el Sr. Carlos A. Muñoz, escribió sobre mi trabajo:

.... ˝ La obra de Juan Angel Urruzola, tiene sin embargo otro peso artístico ˝

... ˝No es necesaria ninguna explicación : el retrato en colores vivos, sobre todo resaltando el rojo, con una iluminación de notable presencia, logra una escena casi teatral que genera además cierto misterio. En una contradicción muchas veces imposible entre los explícitos y las múltiples y casi indescifrables sugerencias, fluye la riqueza de la imagen sin ningún golpe de efecto innecesario, casi sagrada. Y otra vez la pregunta entre los límites del arte , hasta dónde la fotografía se desprende de la pintura y cómo es posible no pensar en algunos maestros de la pintura cuando uno percibe la plasticidad del enfoque y la elección del tema˝....

O quizás repasar la del crítico de Artes Plásticas, Sergio Altesor, en Brecha, quien escribió :

...... ˝Al contrario que en Olympia, la innombrable inquietud que Chau Bea nos produce no es la de la intimidad hecha pública sino la de la enfermedad mortal que todos tememos. Palabras como “pudor” o “consentimiento” —comodines esgrimidos alrededor de esta obra para cubrir el desasosiego o la ignorancia— carecen aquí de sentido. Por más que se lo intente, esas palabras carecen de sustancia para explicar nuestra inquietud. Y he aquí un buen ejemplo de un hecho estético que nos exige desarrollo. Porque si somos capaces de traspasar las barreras de los prejuicios que se visten con esas u otras palabras, arribamos al fin al corazón de la obra para encontrar que el amor y la muerte están unidos. Que acompañar a alguien hasta la muerte a través de su degradación física es un valeroso acto de amor. Y que fotografiar ese hecho es un homenaje estético a la verdad no menos valeroso. Frente a Chau Bea aprendemos algo a condición de saltar el muro que nos enfrenta con nuestra propia intimidad.

Urruzola filmó y fotografió a Bea durante mucho tiempo, aun desde antes de que los signos de la enfermedad marcaran su cuerpo. La documentación fotográfica fue parte de la dolorosa despedida, el acto que convirtió la enfermedad en algo útil, un ritual familiar en el que participaron todos, tanto Bea como los niños, y eso puede apreciarse con claridad en las fotos. ¿Quién, entonces, fuera de ese núcleo familiar, puede hablar de “consentimiento”? ˝.....

Otro asunto es que una parte de la familia de Beatriz, sus hermanos, mediante un proceso judicial de amparo hayan logrado censurar mi trabajo por decisión de una jueza de familia, en un proceso que está en curso de apelación en este momento.

La pregunta es si los hijos de Beatriz no son su familia, porque justamente se trata de fotografías realizadas con el acuerdo de Beatriz y el acuerdo de nuestros hijos, que son quienes aparecen en las fotografías (si es que el señor Cohen las vio).

Beatriz quiso ser fotografiada y filmada junto a nuestros hijos, y justamente los videos la muestran conversando y participando de esas filmaciones que pretendían hablar de la enfermedad, del cáncer, del amor, de sus hijos, de ella para con sus hijos ; un esfuerzo que no pretendía otra cosa que ayudarnos a sentir aquello que cuando nos enfrentamos al final de la vida nos ayuda a transitar de la mejor manera : el amor.

De eso hablan las fotos, y ese era el proyecto de documental aun no editado.

Mis hijos Julia y Tomás participaron a lo largo de todo el proceso, pues fue colectivo-familiar ; Bea misma los incitaba en diversos momentos a participar cantando un tema (ambos hacen música y la aman) o simplemente dialogando y viviendo ese proceso frente a la cámara.

A veces no era yo el que filmaba sino Tomás; lo importante era ese proceso, ese camino junto a su madre.

Una parte de la familia entonces, (sus hermanos), logró que la jueza prohibiera la exposición. Tal vez a partir de eso las exposiciones deberán solicitar autorización en el tribunal más cercano, no lo sabemos, pero es indudable que de las tres personas que aparecen en las fotos Julia y Tomás están de acuerdo y defienden su derecho a estar en ellas, y ademas son testigos del acuerdo manifestado por Beatriz con las fotos. Es interesante saber que Beatriz se sacó fotos a lo largo de todos estos años, después de haber enfermado de cancer también, algunas de ellas están en mi pagina Blog desde hace más de dos años, (ver autoretrato de Bea al inicio de esta carta)

Es evidente que nadie le quita el dercho a una parte de la familia de Beatriz a hacer un juicio, pero sucede que la familia de Beatriz también son sus hijos y pueden dar testimonio. Sin embargo son los grandes ausentes de esta decisión de la justicia y de las reflexiones del Dr. F. Abdala y la Arquitecta S. Abdala en la carta publicada hace dos semanas por Búsqueda y tan valorada por el Sr.Cohen. En efecto, Julia y Tomás, nuestros hijos han sido dejados de lado, cuando ellos son la familia que Beatriz creó, sus hijos, y además quienes aparecen en las fotos -con orgullo- junto a su madre.

Para cerrar esta historia, el sábado 2 de abril el Dr. Fernando Abdala me agredió en plena calle y en pleno día, delante de varias personas, cuando yo venía de mi caminata matinal escuchando música. Recibí una andanada de golpes desde atrás, que me hicieron caer al piso, donde fui pateado con saña y particularmente en la espalda. Huelga decir que yo no lo agredí, que ni siquiera lo había visto, y que tampoco respondí a sus golpes. Sí radiqué una denuncia penal en la seccional 5 de policía, las secuelas fueron constatadas por el médico forense y el expediente estará ahora en manos del juez penal de tercer turno. También denuncié las amenazas de muerte que a los gritos este señor abogado profirió a lo largo de su agresión. Es preciso agregar que durante el expeditivo juicio que culminó con la censura de mis fotografías, el mismo señor gritó sus amenazas delante de la jueza y de mi abogada, lo que no mereció de parte de la sra. Juez más que el siguiente comentario : ˝Pobre Fernando, con todo esto está tan alterado˝.



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