domingo, 17 de abril de 2011


carta de Julia y Tomás a Búsqueda






en relación a diversos artículos publicados por vuestro semanario sobre el trabajo de nuestro padre Juan Angel Urruzola en el Salón Nacional de Artes Visuales y censurado por resolución judicial al día de hoy, solicitamos a ud la publicación de la siguiente carta;

_________________________

Sin ningún animo de generar discusiones violentas, o un momento desagradable hago este comunicado, haciendo énfasis en la palabra, ya que no esto abriendo un debate sobre lo que a continuación voy a exponer. Me dirijo a ustedes sencillamente para hacerles saber como se va a desarrollar el asunto de las fotos de papá en el museo de artes visuales. No va a ser papa el que se los explique por ninguna otra razón mas que la voluntad de hacer esto lo mas ameno posible después de todos los quilombos y hasta agresiones que tuvieron lugar en torno a este tema. Las fotos van a quedar expuestas como lo están desde un principio, por varias razones de las cuales algunas exceden la voluntad de papá. Las fotos no pueden retirarse sin mas sin hacer ninguna explicación, eso es lógico, por que ya fueron presentadas e instaladas y comparecerse en el museo y retirarlas de su lugar seria casi como un robo. Entonces si son retiradas hay que poner en su lugar un texto explicando la ausencia de la muestra de uno de los artistas seleccionados para exponer. En ese caso como todos podemos intuir o adivinar, no se llegaría a una resolución del asunto que dejara a todas las partes contentas sino que seria generar un tema en torno a unas fotos que además casi nadie habría visto y de las cuales la gente empezaría a hablar lo cual a mi humilde juicio no es otra cosa que hacer un daño innecesario a TODOS.

Además y en vista y considerando que muchas personas manifestaron muy libremente su opinión en lo que a las fotos refería, me gustaría hacerlo también yo, independientemente de que se me quiso dejar al margen (no por malas intenciones) del tema, lo cual es esencialmente imposible por que ESTOY en el medio exacto y diametral del consabido “tema”. Que yo tenga no mas que 18 años y se haya muerto mi madre hace 5 meses no hace menos importante mi opinión en todo el asunto sino mucho mas.

En lo que respecta a la opinión que mama hubiera tenido antes de morir sobre las fotos, no se sabe mas que lo que dijo en voz alta y clara, y soy testigo, cuando se manifestó de acuerdo a que papa hiciera esta documentación de lo que fue su enfermedad hasta el 10 de julio de este año. Y no solo eso sino que me insistió varias veces para que yo misma me dejara filmar y sacas fotos por que muchas veces yo me negaba. Todo el resto no son mas que especulaciones, yo creo que ni sus hijos, ni sus hermanos, ni sus amigos, ni su compañero, se pueden posicionar como herederos de la voluntad de mamá. Nadie lo es, y nadie sabe lo que ella pensaba en su fuero mas íntimo. Y nadie está en derecho de blandir cual “titulo” cualquiera que sea el vinculo que haya tenido con mamá considerándolo preponderante sobre el de los demás, un amigo no es menos que un hermano, como un hijo no es menos que un amigo ni un hermano es más que el padre de sus hijos.

Por otro lado me cuesta ver en estas fotos toda esa agresión, violencia y hasta falta de respeto tal vez, de la que muchos se sintieron victimas. Creo que si se les presta atención y se las ve con un ojo limpio de prejuicios y barreras innecesarias lo único que transmiten es ternura y amor, y quizá si, dolor, pero un dolor que no nace de las fotos en si, sino de la propia muerte de mamá, y que por lo tanto, no va a desparecer ni a alivianarse con la desaparición de las fotos. En estas fotos lo se lee agonía ni sufrimiento ni morbo de ningún tipo. Estamos meando afuera del tarro me parece, y feo. Por que nadie vio, como yo o Tomás, todo el afecto y la dedicación que le puso papá a este trabajo en estas ultimas semanas y aclaro, aunque me resulta horrible el hecho de que haga falta la aclaración, que NUNCA y bajo ningún concepto papá utilizó las fotos de la enfermedad de mamá para beneficio propio.

Vuelvo a aclarar que no quiero generar ni problemas ni que nadie se sienta ofendido, de verdad, esto no viene de otro lado que del corazón y del profundo dolor y angustia que me generó ver a mi papá sentirse como se sintió con todas estas cosas que tuvieron lugar estos últimos días, principalmente considerando que todo vino de parte de gente que yo quiero y adoro y no lo voy a dejar de hacer, y esta razón hace que haya sido para mi bastante mas doloroso.

No estoy sometiendo a juicio lo que vaya a pasar con las fotos, es decisión de mi papá y está en todo su derecho de hacer lo que sea que haga, no estoy pidiendo permiso sino notificando, por que nadie es dueño de la imagen de mamá.

…………………

Esta carta fue escrita por Julia meses atrás y era para nuestra familia y los allegados a ella, en fin, era para todos y también para nosotros. Todavía no se habían iniciado acciones legales contra nuestro padre Juan Ángel Urruzola, o por lo menos nosotros todavía no estábamos ( ni nosotros, ni mi padre) al tanto. Muchas de las cosas que dije siguen vigentes a día de hoy, y como en ese entonces fueron omitidas o desatendidas, decidimos publicar esto, para que no se ponga en duda bajo ningún concepto cual es mi posición y la de mi hermano Tomás frente al “caso Urruzola” como se le dice ahora. Y nos parece importante aclarar, por si a alguien le quedó una duda, que Mi madre, Beatriz Abdala, nunca sintió vergüenza de su enfermedad ni de lo que le estaba pasando y nunca expreso la más minima duda sobre las fotos y videos que estabamos haciendo.

Julia Urruzola Abdala

Juan Tomás Urruzola Abdala


otra carta en Búsqueda




el mismo jueves que se publico la carta de Julia y Tomás publiqué una mía en respuesta a otra carta de días antes y un artículo del editor de cultura de ese semanario.
Sea la carta de mis hijos, que la mía, son las primeras opiniones públicas que hacemos desde que se iniciara este penoso proceso donde por vía judicial se prohibe una serie de fotografías que siempre contó con el acuerdo de quienes aperecen en las mismas.
___________________

Sr. Director de Búsqueda

En el número del 30 de marzo próximo pasado, el Sr. Pablo Cohen -editor cultural de vuestro semanario- se despacha a gusto sobre los ámbitos más diversos de la cultura.

Como al pasar, se escandaliza de que el Salón Nacional de Artes Visuales me concediera el Gran Premio, durante el accidentado recorrido de esta edición.

Usar ese premio para atacar al Director de Cultura del MEC, Sr. Hugo Achugar, parece una falta básica de información, visto que ese premio me fue otorgado en un largo proceso en el que participaron ocho jurados, 6 nacionales y dos internacionales. Tal vez los mismos deberían haber consultado con el Sr. Cohen si él estaba de acuerdo con otorgar ese premio a J.A. Urruzola, pero por ahora ese es el más democrático de los sistemas de selección y el que brinda mayores certezas a todos.

Por otra parte, debería releer las críticas sobre el salón (ya que es editor de esa materia), por ejemplo la de la propia Búsqueda. En su edición Nº 1591, su crítico de artes plásticas, el Sr. Carlos A. Muñoz, escribió sobre mi trabajo:

.... ˝ La obra de Juan Angel Urruzola, tiene sin embargo otro peso artístico ˝

... ˝No es necesaria ninguna explicación : el retrato en colores vivos, sobre todo resaltando el rojo, con una iluminación de notable presencia, logra una escena casi teatral que genera además cierto misterio. En una contradicción muchas veces imposible entre los explícitos y las múltiples y casi indescifrables sugerencias, fluye la riqueza de la imagen sin ningún golpe de efecto innecesario, casi sagrada. Y otra vez la pregunta entre los límites del arte , hasta dónde la fotografía se desprende de la pintura y cómo es posible no pensar en algunos maestros de la pintura cuando uno percibe la plasticidad del enfoque y la elección del tema˝....

O quizás repasar la del crítico de Artes Plásticas, Sergio Altesor, en Brecha, quien escribió :

...... ˝Al contrario que en Olympia, la innombrable inquietud que Chau Bea nos produce no es la de la intimidad hecha pública sino la de la enfermedad mortal que todos tememos. Palabras como “pudor” o “consentimiento” —comodines esgrimidos alrededor de esta obra para cubrir el desasosiego o la ignorancia— carecen aquí de sentido. Por más que se lo intente, esas palabras carecen de sustancia para explicar nuestra inquietud. Y he aquí un buen ejemplo de un hecho estético que nos exige desarrollo. Porque si somos capaces de traspasar las barreras de los prejuicios que se visten con esas u otras palabras, arribamos al fin al corazón de la obra para encontrar que el amor y la muerte están unidos. Que acompañar a alguien hasta la muerte a través de su degradación física es un valeroso acto de amor. Y que fotografiar ese hecho es un homenaje estético a la verdad no menos valeroso. Frente a Chau Bea aprendemos algo a condición de saltar el muro que nos enfrenta con nuestra propia intimidad.

Urruzola filmó y fotografió a Bea durante mucho tiempo, aun desde antes de que los signos de la enfermedad marcaran su cuerpo. La documentación fotográfica fue parte de la dolorosa despedida, el acto que convirtió la enfermedad en algo útil, un ritual familiar en el que participaron todos, tanto Bea como los niños, y eso puede apreciarse con claridad en las fotos. ¿Quién, entonces, fuera de ese núcleo familiar, puede hablar de “consentimiento”? ˝.....

Otro asunto es que una parte de la familia de Beatriz, sus hermanos, mediante un proceso judicial de amparo hayan logrado censurar mi trabajo por decisión de una jueza de familia, en un proceso que está en curso de apelación en este momento.

La pregunta es si los hijos de Beatriz no son su familia, porque justamente se trata de fotografías realizadas con el acuerdo de Beatriz y el acuerdo de nuestros hijos, que son quienes aparecen en las fotografías (si es que el señor Cohen las vio).

Beatriz quiso ser fotografiada y filmada junto a nuestros hijos, y justamente los videos la muestran conversando y participando de esas filmaciones que pretendían hablar de la enfermedad, del cáncer, del amor, de sus hijos, de ella para con sus hijos ; un esfuerzo que no pretendía otra cosa que ayudarnos a sentir aquello que cuando nos enfrentamos al final de la vida nos ayuda a transitar de la mejor manera : el amor.

De eso hablan las fotos, y ese era el proyecto de documental aun no editado.

Mis hijos Julia y Tomás participaron a lo largo de todo el proceso, pues fue colectivo-familiar ; Bea misma los incitaba en diversos momentos a participar cantando un tema (ambos hacen música y la aman) o simplemente dialogando y viviendo ese proceso frente a la cámara.

A veces no era yo el que filmaba sino Tomás; lo importante era ese proceso, ese camino junto a su madre.

Una parte de la familia entonces, (sus hermanos), logró que la jueza prohibiera la exposición. Tal vez a partir de eso las exposiciones deberán solicitar autorización en el tribunal más cercano, no lo sabemos, pero es indudable que de las tres personas que aparecen en las fotos Julia y Tomás están de acuerdo y defienden su derecho a estar en ellas, y ademas son testigos del acuerdo manifestado por Beatriz con las fotos. Es interesante saber que Beatriz se sacó fotos a lo largo de todos estos años, después de haber enfermado de cancer también, algunas de ellas están en mi pagina Blog desde hace más de dos años, (ver autoretrato de Bea al inicio de esta carta)

Es evidente que nadie le quita el dercho a una parte de la familia de Beatriz a hacer un juicio, pero sucede que la familia de Beatriz también son sus hijos y pueden dar testimonio. Sin embargo son los grandes ausentes de esta decisión de la justicia y de las reflexiones del Dr. F. Abdala y la Arquitecta S. Abdala en la carta publicada hace dos semanas por Búsqueda y tan valorada por el Sr.Cohen. En efecto, Julia y Tomás, nuestros hijos han sido dejados de lado, cuando ellos son la familia que Beatriz creó, sus hijos, y además quienes aparecen en las fotos -con orgullo- junto a su madre.

Para cerrar esta historia, el sábado 2 de abril el Dr. Fernando Abdala me agredió en plena calle y en pleno día, delante de varias personas, cuando yo venía de mi caminata matinal escuchando música. Recibí una andanada de golpes desde atrás, que me hicieron caer al piso, donde fui pateado con saña y particularmente en la espalda. Huelga decir que yo no lo agredí, que ni siquiera lo había visto, y que tampoco respondí a sus golpes. Sí radiqué una denuncia penal en la seccional 5 de policía, las secuelas fueron constatadas por el médico forense y el expediente estará ahora en manos del juez penal de tercer turno. También denuncié las amenazas de muerte que a los gritos este señor abogado profirió a lo largo de su agresión. Es preciso agregar que durante el expeditivo juicio que culminó con la censura de mis fotografías, el mismo señor gritó sus amenazas delante de la jueza y de mi abogada, lo que no mereció de parte de la sra. Juez más que el siguiente comentario : ˝Pobre Fernando, con todo esto está tan alterado˝.